Siguiendo ranas reintroducidas

El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá completó la primera prueba de reintroducción de la rana Limosa Harlequin (Atelopus limosus) en 2017, y hoy nuestros hallazgos han sido publicados. Reintroducir una especie conlleva muchas incógnitas y preguntas, algunas de las cuales son: ¿Hacia dónde irán las ranas? ¿Cómo es su vida fuera de un terrario? ¿Se infectarán con el hongo quitrídio de anfibios? El propósito de esta primera prueba de reintroducción era comenzar a desentrañar algunas de estas preguntas para que los investigadores puedan adaptar sus estrategias y mejorar las posibilidades de supervivencia de las ranas en su hábitat natural.

Pudimos obtener una vida detallada de las ranas después de la reintroducción al rastrearlas por radio y verificar su estado diariamente. Descubrimos que cuando se les proporcionaba un período de aclimatación de 30 días en un mesocosmo de selva lluviosa libre de depredadores, su probabilidad de supervivencia aumentaba significativamente y no se dispersaban tan lejos como los animales liberados directamente. Sabemos, por otros estudios, que un mayor desplazamiento puede aumentar la probabilidad de que los depredadores encuentren a los animales, y eso probablemente sucedió también en este estudio. Las ranas que fueron liberadas sin transmisores de radio tenían 44 veces menos probabilidades de ser encontradas nuevamente durante los sondeos de arroyos (¡encontrar una rana en la selva no es fácil!). Pudimos seguir la vida de estas ranas en su hábitat natural durante hasta 56 días después de su liberación y desarrollamos un método que puede utilizar tanto animales rastreados por radio como encuentros de animales no rastreados para estimar la supervivencia asignando diferentes probabilidades de detección en el modelo.

Observamos un par de eventos de depredación de ranas reintroducidas y algunas se infectaron con el hongo quitrídio de anfibios. Sin embargo, aprendimos mucho y no nos faltan preguntas para seguir investigando y lograr que esta especie (y otras en Panamá) regresen a su hábitat natural.

Una traducción al español del resumen se encuentra aquí.

La rana arlequín limosa, Atelopus limosus, en peligro de extinción, ha experimentado disminuciones significativas relacionadas con la quitridiomicosis, pero ha sido criada con éxito en cautiverio como parte del Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá. Realizamos el primer ensayo de liberación de una Atelopus utilizando 83 A. limosus criados en cautiverio y monitoreamos a los individuos a medida que pasaron del cautiverio a la naturaleza en un sitio dentro de su distribución histórica donde no existe una población. Aclimatamos a 23 animales al ambiente antes de la liberación manteniéndolos en mesocosmos durante 30 días (liberación suave) y liberamos otros 60 animales sin aclimatación previa (liberación dura). Hicimos un seguimiento por radio de una submuestra de animales en cada grupo de tratamiento. Utilizamos un análisis de marcaje-recaptura bayesiano para integrar datos de la suerte conocida de los individuos rastreados por radio con datos de los individuos revistos que tuvieron suertes desconocidas. Permitimos que la supervivencia difiriera entre los tratamientos de liberación (dura vs suave) y asumimos que la probabilidad de detección diferiría entre los métodos de seguimiento. La probabilidad de detección por búsqueda fue de aproximadamente 0.02 para individuos sin radiotransmisores vs 0.88 para ranas rastreadas por radio. Observamos que los animales de la liberación dura inicialmente se dispersaron más que los animales con liberación suave y, a pesar de que el 25 % de los animales de la liberación suave dieron positivos para el Bd en el día de la liberación, su probabilidad estimada de supervivencia a los 30 días fue de 0.46 vs 0.31 para los animales de la liberación dura. Los conocimientos de este ensayo de liberación se pueden utilizar dentro un marco de manejo adaptativo para mejorar y refinar los métodos de liberación que informarán al campo naciente de la ecología de reintroducción de los anfibios.

Lee el artículo completo aquí.

Klocke, B., Estrada, A., Mataya, M., Medina, D., Baitchman, E., Belden, L., Guerrel, J., Evans, M., Baughman, J. and Connette, G., Illueca, E., Ibáñez, R., Gratwicke, B. (2023) Movement and survival of captive-bred Limosa Harlequin frog (Atelopus limosus) released into the wild. Frontiers in Amphibian and Reptile Science, 1, p.1205938. https://doi.org/10.3389/famrs.2023.1205938 

Blake Klocke

Más de una década de conservación de anfibios en Panamá produce resultados

El mundo está viendo a sus anfibios desaparecer. La pérdida de sus hábitats, la contaminación ambiental y el cambio climático, causados por los humanos, tienen a más del 30% de las especies en riesgo. Además, está la severa amenaza del hongo quítrido, responsable de una enfermedad letal que aún no se sabe mitigar.

Ante esta situación, distintos países han establecido programas de conservación, incluyendo Panamá, con el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) en Gamboa, que administra el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).

A través de la reproducción en cautiverio y la creación de poblaciones estables, se previene la extinción de las especies en peligro. También se generan oportunidades para hacer investigación sobre las amenazas que enfrentan estos anfibios. A medida que las poblaciones superan la capacidad del centro, los científicos las pueden aprovechar para hacer experimentos diversos.

En el caso del PARC, donde hay cinco especies de Atelopus —incluyendo la rana dorada A. zeteki— algunas de las más amenazadas por el hongo quítrido, varios años de investigación han resultado en una serie de avances sobre distintos aspectos de la conservación de estos animales. Los detalles se publicaron recientemente en un artículo en la revista Biological Conservation, en el que participaron los científicos del Smithsonian Roberto Ibáñez y Brian Gratwicke.

Para empezar, la ranas enfermas traídas de la naturaleza permitió mejorar los protocolos para la detección y el tratamiento de la enfermedad. También, se descubrió que las ranas toleran mejor la infección en condiciones cálidas y secas, que en climas templados.

Uno de los objetivos principales del PARC es la eventual reintroducción de las especies amenazadas en su hábitat natural y el restablecimiento de poblaciones silvestres en el país. Con ello en mente, los científicos han creado mapas que identifican las regiones más apropiadas para la supervivencia de las ranas.

Para estudiar la transición de las Atelopus cautivas a la naturaleza, se han realizado liberaciones de prueba con las ranas excedentes. Estas han permitido a los investigadores experimentar con distintos métodos de reintroducción y de monitoreo post-liberación.

Aunque difícil de hacer, el monitoreo después de la liberación de las ranas permite a los científicos conocer qué otras amenazas enfrentan en la naturaleza, en qué etapa del desarrollo es más conveniente liberarlas para su supervivencia, o si logran recuperar la toxicidad natural que pierden en cautiverio.

Un reciente y prometedor descubrimiento, por algunos científicos del Smithsonian y de otras instituciones, demostró que algunas poblaciones de anfibios han desarrollado secreciones de piel que resisten el hongo quítrido. Las ranas con este rasgo evolutivo podrían introducirse en hábitats donde existe el hongo. Otro enfoque posible sería criar ranas resistentes al hongo, aumentando las secreciones antifúngicas en su piel, pero se requiere de más investigación para progresar en esta dirección.

Finalmente, en el laboratorio se está avanzando sobre la crioconservación de tejidos y esperma de las Atelopus panameñas, un proceso de preservación a temperaturas muy bajas para su uso en el futuro, que permitiría incorporar eventualmente la reproducción asistida entre las estrategias para salvar a las ranas de Panamá.

Estudio alentador sugiere que un moratorio en las importaciones de salamandras ayudaría a la prevención de propagación de enfermedades

Una ley reciente, del año 2016, restringe la importación internacional de 201 especies de salamandras a los Estados Unidos. El objetivo de la ley es prevenir la propagación en Estados Unidos del nuevo y mortal hongo para las salamandras, Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal). En un nuevo estudio publicado el 13 de octubre en Scientific Reports, científicos del ‘Smithsonian Conservation Biology Institute,’ (Instituto Smithsoniano sobre la conservación biológica, SCBI) revelan que esta moratoria tiene opciones de hacer el trabajo de manera eficaz.

Investigadores pasando un bastoncillo a un tritón emperador en el ‘Smithsonian’s National Zoo’ (Zoo Nacional Smithsoniano). Los tritones emperador pertenecen a un género de tritones de Asia los cuales están incluidos en la ley de la moratoria en importaciones de salamandras debido al alto riesgo de que sean portadores del mortal hongo, Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal).

“Cuando la moratoria entró en vigor, no sabíamos si el hongo Bsal estaba ya en los Estados Unidos en salamandras vendidas como mascotas y lo único que estábamos haciendo era cerrar la puerta del establo cuando el caballo ya se había escapado,” dijo Brin Gratwicke, biólogo de conservación de anfibios de SCBI y escritor de artículos. “Nuestro estudio no encontró patógenos en ninguna de las salamandras vendidas como mascotas en los Estados Unidos, lo cual eran muy buenas noticias para las salamandras autóctonas, especialmente para la región de los Apalaches-una región con una biodiversidad de salamandras muy alta. Esto significa que tenemos que continuar vigilando y evitando que la enfermedad entre en el país”

El estudio destaca la primera encuesta para el Bsal en las salamandras vendidas como mascotas en los Estados Unidos. Los investigadores trabajaron con el ‘Amphibian Survival Alliance’ (alianza para la supervivencia de los anfibios) mediante el envío de kits para sacar muestras, a criadores de salamandras. A cambio, el equipo recibió muestras sacadas de la piel de 639 salamandras pertenecientes a 65 especies, de las cuales muchas tenían riesgo de portar el hongo Bsal. Ninguna de las muestras mostraron evidencia del hongo según los test llevados a cabo por el ‘SCBI’s Center for Conservation Genomics’ (el centro de conservación genómica del SCBI).

“Trabajando con el sector de los aficionados a las mascotas en este proyecto nos dio la oportunidad de alertar a este sector del potencial problema y que era critico averiguar si el hongo Bsal se había importado a los Estados Unidos,” dijo Blake Klocke, departamento de ciencias medioambientales de la Universidad George Mason, estudiante del doctorado de política, investigador con SCBI y autor del estudio.

“Esperamos que este sector continúe vigilando posibles signos de Bsal y que por lo tanto incluyan en su rutina, el tomar muestras de sus salamandras al igual que protocolos de bioseguridad para prevenir la propagación del hongo en un futuro.”
El hongo Bsal fue descubierto después de que poblaciones de salamandras fuego en Holanda experimentaran un catastrófico declive debido a esta enfermedad, la cual fue introducida probablemente desde el continente asiático, de donde vienen la mayor parte de importaciones de salamandras. Bsal es parecido al mortal hongo para las ranas llamado Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que ha sido una de las principales causas del declive y extinción de algunas poblaciones de anfibios por todo el mundo. Bsal se ha detectado en animales salvajes de Holanda, Bélgica, Alemania y Vietnam, además de en animales criados en cautividad en Alemania y el Reino Unido.

La ‘Lacey Act’, la cual incluye 201 especies de salamandras de los Estados Unidos. Los servicios de fauna salvaje y peces de Estados Unidos listan como “injurious wildlife” (especies que son muy susceptibles al hongo Bsal o que puedan propagarlo) lo cual limita la importación de estos animales desde otros países y su movimiento entre estados. De acuerdo con la ley, la decisión de la Lacey Act reduce el número de salamandras importadas a los Estados Unidos desde 2015 hasta 2016 en un 98.4%.
Los Estados Unidos albergan 190 especies nativas de salamandras. El ‘Scientific Reports study’ complementa las pruebas realizadas por el SCBI en salamandras salvajes, el cual dio negativo para el hongo Bsal. El SCBI seguirá haciendo pruebas en salamandras salvajes para que no haya posibles cepas de la enfermedad, además también trabajara con otros colaboradores para encontrar medios que eviten la propagación de la enfermedad.
“Las salamandras tienen un papel esencial en la preservación de nuestros bosques al igual que en regular el clima de estos,” dijo Carly Muletz-Wolz, Investigadora del SCBI y coautora del articulo. “Si el Bsal llegase a la parte este de los Estados Unidos, se propagaría con facilidad debido a la abundancia de salamandras en esta zona y esto derivaría en cambios catastróficos del ecosistema. Es imperativo que hagamos todo lo que podemos para evitar la introducción del hongo Bsal en el país y que además sigamos controlando las poblaciones salvajes por si tenemos que actuar en cualquier momento.”

Los otros autores del artículo son, Matthew Becker and Robert Fleischer, SCBI; James Lewis, Rainforest Trust; and Larry Rockwood and A. Alonso Aguirre, George Mason University.

Conozca a 9 de las “Ranas Perdidas” de Panamá

El hongo quítrido mortal ha causado mucha devastación de ranas nativas, salamandras y cecilias de Panamá. Hemos aprendido mucho acerca de esta enfermedad en los últimos 10 años y hemos sido capaces de tomar conciencia de sus efectos. Una encuesta reciente de expertos de ranas panameñas reveló que de 214 especies de anfibios atribuídos a Panamá, cerca de 100 especies todavía se pueden encontrar de forma fiable incluso en los lugares donde se encuentra el hongo quítrido, y los expertos consideran estas especies menos susceptibles al hongo. Aproximadamente 80 especies son muy raras, y simplemente no tenemos ninguna idea acerca de su susceptibilidad a la quitridiomicosis, o los números actuales de su población. 36 especies son consideradas altamente susceptibles al hongo quítrido y se encontraron vivas una vez, pero han experimentado, o se preve que experimentarán graves disminuciones relacionadas a la quitridiomicosis. Por desgracia, algunas de estas especies ya han desaparecido por completo en la naturaleza y no se han visto en muchos años. A éstas las llamamos las “ranas perdidas” de Panamá.

1) Atelopus chiriquiensis – Rana arlequín de Chiriquí
Estas atractivas ranas diurnas eran sujetos interesantes de investigación y existían en gran número en las tierras altas en la frontera de Costa Rica con Panamá. Hay muchos artículos científicos sobre esta especie, y fué estudiada principalmente por las tetrodotoxinas altamente tóxicas en su piel, así como su señalización única y su comportamiento agresivo de apareamiento. Un estudio realizado por la Dra. Karen Lips en la reserva de las Tablas de Costa Rica informó que se encontraban en grandes cantidades – hasta 20 individuos vistos a lo largo de 100 metros de una corriente en una sola visita. Pero las ranas experimentaron una disminución severa relacionada con la quitridiomicosis en un período de cinco (5) años y se vieron por última vez en 1996.

-(ilustración) Una pareja de Atelopus chiriquiensis en amplexus. Foto © Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

Una pareja de Atelopus chiriquiensis en amplexus. Foto © Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

2) Atelopus zeteki – Rana dorada de Panamá
Este es el anfibio nacional de Panamá, un emblema carismático del medio ambiente y la conservación. El 14 de agosto es día nacional dedicado en honor a la rana dorada como símbolo de la herencia increíble de la biodiversidad de Panamá. Reconociendo la amenaza de la quitridiomicosis, un proyecto llamado Proyecto de conservación de la rana de oro estableció una colonia de cría saludable de ranas doradas en el Zoológico de Maryland en Baltimore, y otra colonia se mantiene en Panamá, en el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle. Como se predijo, las ranas doradas de Panamá experimentaron severas disminuciones relacionadas con la quitridiomicosis a partir del 2006, y la última observación confirmada de la rana dorada de Panamá en la naturaleza fue en 2009. El Proyecto Atelopus sigue inspeccionando los sitios conocidos de la rana dorada para encontrar sobrevivientes, y un plan de conservación ha sido detallado, desarrollado por los interesados y facilitado por la Comisión de Supervivencia de Especies para las ranas doradas en Panamá. El plan tiene como fin su reintroducción al medio ambiente natural.

One of 2,000 captive Panamanian Golden Frogs managed in captivity by the Golden Frog Species Survival Plan and the Maryland Zoo in Baltimore Photo: Brian Gratwicke Smithsonian Conservation Biology Institute

One of 2,000 captive Panamanian Golden Frogs managed in captivity by the Golden Frog Species Survival Plan and the Maryland Zoo in Baltimore Photo: Brian Gratwicke Smithsonian Conservation Biology Institute

-(ilustración) Una de las 2,000 ranas doradas de Panamá mantenidas en cautiverio gracias al Plan de Supervivencia de Especies de la Rana de Oro y al Zoológico de Maryland en Baltimore Foto: ©Brian Gratwicke, Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación.

3) Craugastor obesus
Esta especie se encuentra en la zona de pulverización en las rocas, y cantos rodados en las laderas del oeste frente al Atlántico en Panamá y Costa Rica. La especie se registró en la selva de Costa Rica en 1984 por última vez. Esta especie pertenece al grupo Craugastor rugulosus y todas estas especies de anfibios estrechamente relacionadas han sido diezmadas por el hongo quítrido.

4) Craugastor punctariolus
Esta especie semiacuática fue encontrada en corrientes montañosas del centro de Panamá. Se observaron descensos rápidos y desapariciones en el campo relacionadas con la quitridiomicosis en el período 2004-2008. Esta especie pertenece al grupo Craugastor rugulosus y todas estas especies estrechamente relacionadas de anfibios han sido diezmadas por el hongo quítrido. El análisis genético reveló que es probable un complejo de especies. Esta especie se ha mantenido en cautiverio, pero los huevos que han sido ocasionalmente depositados han sido infértiles o no se han desarrollado plenamente y no se ha establecido una población cautiva viable.

-(ilustración)Craugastor punctariolus, rana de Bob Robber en el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle (EVACC) foto © Kevin Johnson Amphibian Ark.

Craugastor punctariolus, rana de Bob Robber en el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle (EVACC) foto © Kevin Johnson Amphibian Ark.

5) Craugastor rhyacobatrachus
Esta especie se encuentra en la premontaña y ladera inferior de las montañas sur de la Cordillera de Talamanca de Costa Rica y del oeste de Panamá. A pesar de extensas búsquedas de esta especie en Costa Rica y Panamá, no hay registros recientes de ella. Esta especie pertenece al grupo rugulosus Craugastor y todas estas especies de anfibios, estrechamente relacionadas, han sido diezmadas por el hongo quítrido.

6) Incilius majordomus
Los machos de esta especie eran amarillo limón, y las hembras eran marrón. El único otro sapo conocido de este género que exhibía dimorfismo sexual similar era Incilius peringelis-el famoso Sapo Dorado Monte Verde de Costa Rica que se ha extinguido. Incilius Majordomus se conoce sólo en la ladera del Cerro Bollo que da al Pacífico, en la frontera entre las provincias de Bocas del Toro y Chiriquí. Esta especie fué descrita en 2013 mediante una serie de muestras recogidas en 1980. No se ha visto en la naturaleza desde 1980 a pesar de extensos estudios herpetológicos en esa zona.

-(ilustración) Espécimen de tipo Incilius Majordomus © Smithsonian Institution, Museo Nacional de Historia Natural, del Departamento de Zoología de Vertebrados, División de anfibios y reptiles

Espécimen de tipo Incilius majordomus © Smithsonian Institution, Museo Nacional de Historia Natural, del Departamento de Zoología de Vertebrados, División de anfibios y reptiles

7) Isthmohyla calypsa
Una rana rana arborícola cubierta de tubérculos espinosos que se ha encontrado en una pequeña zona montañosa en la frontera de Costa Rica y Panamá, donde solía ser común a escala local. En Las Tablas, en Costa Rica, la especie experimentó severas disminuciones relacionadas con la quitridiomicosis-entre 1993 y 1998. A pesar de los esfuerzos recientes de una encuesta extensa en Costa Rica y Panamá, la especie no ha sido vista recientemente y es posiblemente extinta. Muchas otras especies de este género que se crían en las corrientes también han experimentado una disminución dramática y ahora son ranas extremadamente raras.

-(ilustración) Isthmohyla calypsa en la naturaleza, Foto Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

Isthmohyla calypsa en la naturaleza, Foto Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

8) Ecnomiohyla rabborum – Rana de árbol de extremidades de flecos Rabb
La rana de árbol Rabb se piensa que es endémica de la zona de El Valle de Antón, donde siempre era una rana rara difícil de encontrar, ya que viven en lo alto de los árboles y se reproducen en agujeros de los árboles. Herpetólogos experimentados podían escuchar sus llamadas de forma fiable en algunos lugares, pero el último individuo fue oído en El Valle de Antón en 2008. Se recogieron unos pocos individuos de esta especie para la cría en cautividad, en el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle y en el Jardín Botánico de Atlanta , pero los esfuerzos de cría en cautividad no tuvieron éxito. A partir de 2015 sólo un individuo único persiste en cautiverio en el Jardín Botánico de Atlanta.

-Ecnomiohyla rabborum, rana de árbol de extremidades de flecos Rabb en el Jardín Botánico de Atlanta. Foto ©Brad Wilson

Ecnomiohyla rabborum, rana de árbol de extremidades de flecos Rabb en el Jardín Botánico de Atlanta. Foto ©Brad Wilson

9) Oophaga speciosa – Rana venenosa Espléndida
Esta rana grande, y de un inconfundible y brillante color dardo rojo sólo vive en las montañas occidentales de Panamá. Anteriormente se atrapaba para el comercio de mascotas, y se exportaba aún en 1992. Esta especie no se ha visto en la naturaleza en muchos años, a pesar de intensas búsquedas. No se sabe si aún vive en cautiverio, pero probablemente ha desaparecido de la naturaleza.

Oophaga speciosa, la rana venenosa Espléndida. Foto ©) Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

Oophaga speciosa, la rana venenosa Espléndida. Foto ©) Marcos Guerra, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

 

Si Usted tiene algún registro reciente de estas especies que faltan por favor déjenoslo saber, y considere la posibilidad de anotar su registro en la bioblitz global de los anfibios en inaturalist.

por Brian Gratwicke, traducio por Ivonne LaLyre,

Larga vida a la rana: El festival de la Rana Dorada de 2013

Datos remarcables
Participantes: 6280
Voluntarios: 44
Grupos escolares: 34 (aproximadamente 1000 niños)
Eventos: 9
Panfletos distribuidos: 1450
Galletas de rana comidas: 100

Cobertura mediática
Radio/Anuncios TV: 5
Artículos en prensa: 4
Apariciones en la web: 4

El tercer festival anual de la rana dorada, con distintos eventos a lo largo de Panamá, unió a locales y visitantes de todo el mundo en una sola misión; celebrar y conservar uno de los tesoros de Panamá, los anfibios.

Desfile del día de la rana dorada 2013 en El Valle.

Desfile del día de la rana dorada 2013 en El Valle.

El festival dio comienzo el domingo 11 de agosto en el Centro de Naturaleza Punta Culebra del Smithsonian, donde los miembros del Centro de Rescate de Anfibios de Gamboa debatieron e hicieron demostraciones para los visitantes de todas las edades. Los niños compitieron para hacer la mejor escultura con forma de rana en la playa del centro y a continuación decoraron sus propias máscaras de rana dorada. Los visitantes aprendieron sobre la crisis que acecha a la población de anfibios de la región (desde el mortal hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), hasta la destrucción de su hábitat) y las diferentes maneras de ayudar a preservar estas especies de anfibios de gran valor. Fue un día lleno de diversión para todas las edades.

Escultura de arena de una rana en Punta Culebra. Foto: Instituto de investigación tropical del Smithsonian.

Escultura de arena de una rana en Punta Culebra. Foto: Instituto de investigación tropical del Smithsonian.

El instituto de investigación tropical del Smithsonian (STRI por sus siglas en ingles) albergó varios eventos durante la semana tanto en inglés como en castellano. En las conferencias semanales «Tupper Talk» del STRI la Dr. Myra Hughey habló sobre su innovadora investigación de cómo el entender los componentes bacterianos de la piel de las ranas puede ayudar a dilucidar formas de combatir la infección Bd. La conferencia de Hughey fue dirigida al ámbito científico, no obstante, al día siguiente tuvo lugar un foro público que ofreció a los visitantes de todas las edades, expertos o no, la oportunidad de escuchar a varios investigadores de renombre. Como el Dr. Roberto Ibanez, uno de los principales científicos del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC por sus siglas en inglés), también tomó parte Lucrecia Arosemena, cuya incansable labor ayudó a que la legislación panameña reconociera el 14 de agosto de 2010 el primer día nacional de la rana dorada. La nota humorística vino de manos del Dr. Justin Touchon, que nos descubrió interesantes y poco conocidos datos sobre las ranas. Por ejemplo, antes de su conferencia no tenía ni idea de que algunas ranas hembra seleccionan a su pareja basándose en la complejidad de sus cantos, o que estos cantos que también son capaces de realizar las hembras, hacen a las ranas más vulnerables a los predadores como los murciélagos.

GFD&parkour

En un continuado intento por involucrar al público, el personal del STRI y del PARC dio otra conferencia en el bar La Rana Dorada en el Casco viejo, donde el Dr. Richard Cooke cautivó a muchos viandantes con sus fábulas sobre las propiedades psicotrópicas de las ranas, y con la conferencia titulada «No es fácil ser verde». Por último, Angie Estrada hizo un llamamiento por la conservación y la acción. Las conferencias fueron tan inspiradoras que al final de ese mismo día muchos de los espectadores decidieron ser voluntarios del PARC.

Edgardo Griffith presentando una lección sobre conservación de ranas en las escuelas de El Valle.

Edgardo Griffith presentando una lección sobre conservación de ranas en las escuelas de El Valle.

La semana terminó con eventos para escolares y familias en el Zoo de la Cima de Gamboa y en el Centro de Conservación de anfibios de El Valle. A lo largo del fin de semana, los visitantes pudieron ver las ranas (incluyendo ranas doradas nacidas en cautividad), aprender sobre las valiosas contribuciones que los anfibios hacen a los ecosistemas panameños y descubrir cómo ayudar a conservar estos animales. En El Valle, el desfile local de la rana dorada contó con varias carrozas y distintos trajes, como una niña vestida de princesa rana dorada u otra de renacuajo con una gran exactitud morfológica. Tras haber aprendido que las ranas doradas se comunican mediante un lenguaje corporal, algunos niños elaboraron una danza imitando estos movimientos. Cuando el atardecer caía por las montañas, escuché a una adolescente explicarle a otra: «Si yo fuera una rana dorada así es como llamaría a mi compañero». Sus manos rodearon su torso y después levantó sus palmas al cielo. Desde la distancia probablemente parecía otra adolescente mas saltando al ritmo de su canción favorita, pero yo estaba lo bastante cerca para escucharla explicar: «Y así es como protegería mi territorio». Supe entonces, que este baile no surgía de la energía sobrante de una adolescente en vacaciones, sino del compromiso que después lleva a la acción.

-Elizabeth Wade, Panama Amphibian Rescue and Conservation Project Volunteer
Traducio por -Maria Ballesteros Rivas