Los anfibios están disminuyendo en todo el mundo: debemos redoblar nuestros esfuerzos para salir de la emergencia

Nuestro planeta alberga casi 9.000 especies de anfibios. Durante más de 100 años, estos animales han sufrido dramáticamente las consecuencias de la deforestación, la agricultura, el drenaje de humedales, los productos agroquímicos y otros contaminantes. En los últimos tiempos han surgido nuevas amenazas que hacen que el 40% de todas las especies de anfibios estén en riesgo de extinción según la “Lista Roja” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), recientemente actualizada. Entre las nuevas amenazas figuran el cambio climático y las enfermedades infecciosas emergentes. Entre ellas, los hongos quitridios de los anfibios que desempeñan un papel fundamental. Estos hongos han sido diseminados por todo el mundo por los seres humanos y producen la enfermedad quitridiomicosis cutánea en los anfibios, que ocasiona descensos de poblaciones e incluso extinciones.

Atelopus certus

Hace ya 30 años que investigadores, conservacionistas y otras partes interesadas se dieron cuenta de la crisis que atraviesan los anfibios. Se han puesto en marcha varias iniciativas a escala mundial, regional y local para salvaguardar la diversidad de los anfibios, incluidos numerosos planes de gestión y acción. Gracias a estas actividades, hemos aumentado enormemente nuestros conocimientos sobre dónde se produce el declive, así como los mecanismos que lo explican y cómo interactúan las amenazas. Esto va de la mano de un enorme compromiso con la protección de los hábitats naturales sumado a la cría en cautividad en instalaciones para la conservación. También se conocen mucho mejor las enfermedades y sus agentes. Ha habido muchas historias de éxito y sin toda la inversión, el trabajo y la pasión de actores involucrados muchas especies de anfibios ya se habrían extinguido.

Sin embargo, es difícil apreciar en qué punto nos encontramos para superar la crisis de los anfibios. Las amenazas y la vulnerabilidad hacia ellas no es igual para todas las especies. Algunos anfibios son más susceptibles y sufren más las consecuencias de las amenazas. Representan los «peores escenarios» de la crisis de los anfibios. De muchos de ellos carecemos de información suficiente para conocer su estado actual. No es el caso de los sapos arlequín, género Atelopus, de América Central y del Sur, que aun con la información que tenemos continúan en alto riesgo. Se trata de animales pequeños, a menudo coloridos y de actividad diurna, que habitan desde selvas tropicales de tierras bajas hasta los páramos andinos por encima del límite arbóreo.

Se conocen más de 130 especies de Atelopus y, al ser muy sensibles a las amenazas, muchas de esas especies han disminuido e incluso se teme que se hayan extinguido. Los sapos arlequín son el ejemplo más representativo de la crisis de los anfibios y, los científicos han estudiado los datos sobre el estado de sus poblaciones desde principios de los años noventa, debido a su aspecto icónico. En un estudio reciente publicado en Communications Earth and Environment, Lötters y 99 colegas, en su mayoría conservacionistas e investigadores de países donde los sapos arlequín se dan de forma natural, compararon los datos sobre el estado de las poblaciones en 2004 y 2022 para examinar las tendencias específicas de las especies en las dos últimas décadas.

Los datos de los autores confirman que los enormes esfuerzos de conservación de muchos científicos, conservacionistas y comunidades locales han revelado que más de 30 especies de Atelopus que en parte se temía que hubieran desaparecido, ¡todavía están ahí! Sin embargo, las pruebas sugieren que, al mismo tiempo, todas las especies siguen amenazadas y su estado de conservación no ha mejorado. Los factores que amenazan a los sapos arlequines que aún sobreviven siguen siendo los mismos e incluyen el cambio de hábitat y la propagación del hongo quitridio. Además, los autores demostraron que en el futuro los sapos arlequines sufrirán las consecuencias del cambio climático.

Los autores concluyen que otros anfibios que se encuentran en la peor situación siguen en peligro, lo que demuestra que la crisis de los anfibios sigue siendo una emergencia. Gracias al enorme esfuerzo puesto en la conservación, por redes de colaboración como la recientemente lanzada Atelopus Survival Initiative bajo el paraguas del Atelopus Task Force del Amphibian Specialist Group de la UICN, estos anfibios aún no han desaparecido. Ahora más que nunca es fundamental continuar e incrementar los esfuerzos para salir de la emergencia que sigue siendo la crisis de los anfibios.

Lötters, S., A. Plewnia, A. Catenazzi, K. Neam, A.R. Acosta-Galvis, Y. Alarcon Vela, J.P. Allen, J.O. Alfaro Segundo, A. de Lourdes Almendáriz Cabezas, G. Alvarado Barboza, K.R. Alves-Silva, M. Anganoy-Criollo, E. Arbeláez Ortiz, J.D. Arpi L., A. Arteaga, O. Ballestas, D. Barrera Moscoso, J.D. Barros-Castañeda, A. Batista, M.H. Bernal, E. Betancourt, Y.O. da Cunha Bitar, P. Böning, L. Bravo-Valencia, J.F. Cáceres Andrade, D. Cadenas, J.C. Chaparro Auza, G.A. Chaves-Portilla, G. Chávez, L.A. Coloma, C.F. Cortez-Fernandez, E.A. Courtois, J. Culebras, I. De la Riva, V. Diaz, L.C. Elizondo Lara, R. Ernst, S.V. Flechas, T. Foch, A. Fouquet, C.Z. García Méndez, J. E. García-Pérez, D.A. Gómez-Hoyos, S.C. Gomides, J. Guerrel, B. Gratwicke, J.M. Guayasamin, E. Griffith, V. Herrera-Alva, R. Ibáñez, C.I. Idrovo, A. Jiménez Monge, R.F. Jorge, A. Jung, B. Klocke, M. Lampo, E. Lehr, C.H.R. Lewis, E.D. Lindquist, Y.R. López-Perilla, G. Mazepa, G.F. Medina-Rangel, A. Merino Viteri, K. Mulder, M. Pacheco-Suarez, A. Pereira-Muñoz, J.L. Pérez-González, M.A. Pinto Erazo, A.G. Pisso Florez, M. Ponce, V. Poole, A.B. Quezada Riera, A.J. Quiroz, M. Quiroz-Espinoza, A. Ramírez Guerra, J.P. Ramírez, S. Reichle, H. Reizine, M. Rivera-Correa, B. Roca-Rey Ross, A. Rocha-Usuga, M.T. Rodrigues, S. Rojas Montaño, D.C. Rößler, L.A. Rueda Solano, C. Señaris, A. Shepack, F.R. Siavichay Pesántez, A. Sorokin, A. Terán-Valdez, G. Torres-Ccasani, P.C. Tovar-Siso, L.M. Valencia, D.A. Velásquez-Trujillo, M. Veith, P.J. Venegas, J. Villalba-Fuentes, R. von May, J.F. Webster Bernal & E. La Marca (2023): Ongoing harlequin toad declines suggest the amphibian extinction crisis is still an emergency. — Communications Earth and Environment, 4, 412. https://www.nature.com/articles/s43247-023-01069-w

En un esfuerzo sin precedentes, más de 40 organizaciones de 13 países se unen para proteger y recuperar las ranas arlequín, joyas de Centro y Sur América, gravemente afectadas por una enfermedad anfibia mortal

Con la creación de la Iniciativa de Supervivencia Atelopus (ASI), una nueva alianza de más de 40 organizaciones de 13 países, llega un nuevo día para las ranas arlequín, joyas de los bosques y arroyos del Centro y Sur América, y uno de los grupos de anfibios más afectado por el hongo quítrido mortal Batrachochytrium dendrobatidis (Bd).

Si bien los investigadores y conservacionistas de anfibios han trabajado durante muchos años para salvar a las ranas arlequín (que componen el género Atelopus) y grupos de especies en países individuales, la ASI los reunirá por primera vez para combinar los recursos, décadas de experiencia y conocimiento necesarios para prevenir la extinción de todo el género de ranas arlequín en toda la región donde estas especies aún sobreviven.

“Como un grupo increíblemente diverso de anfibios que enfrentan una serie de amenazas, las ranas arlequín requieren soluciones innovadoras provenientes de un grupo diverso de individuos y organizaciones con diferentes experiencias, conocimientos y capacidades”, dijo Lina Valencia, fundadora de ASI, co-coordinadora del Grupo de Trabajo Atelopus del Grupo Especialista en Anfibios de la UICN y coordinadora de los países andinos para Re: wild, uno de los principales convocantes de la ASI. “Más que nunca antes, necesitamos una constelación de campeones que trabajen juntos para traer de regreso a las ranas arlequín del borde de la extinción. La ASI resalta la necesidad crítica de implementar acciones de conservación en campo que mitiguen las principales amenazas a este hermoso grupo de anfibios.”

Durante las últimas décadas, muchas especies de rana arlequín han sufrido graves declives poblacionales y extinciones en toda su área de distribución. Hoy en día, de las 94 especies de ranas arlequín evaluadas por la UICN, 83% están en peligro de extinción, mientras que alrededor del 40% de las especies de Atelopus han desaparecido de sus hogares conocidos y no se han visto desde principios de la década de los 2000s, a pesar de grandes esfuerzos para encontrarlas. Cuatro especies de ranas arlequín ya están clasificadas como extintas, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, pero este número probablemente sea mayor.

El hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Bd) causa la enfermedad letal quitridiomicosis, que ha provocado una disminución de los anfibios en todo el mundo, incluso en Australia y el oeste de los Estados Unidos. Aunque es probable que Bd sea la principal causa de estas disminuciones, otras amenazas están exacerbando los precipitados declives en la población. Esto incluye la destrucción y degradación de los hábitas (como resultado de la agricultura animal, la tala, la minería y el desarrollo de infraestructura), la introducción de especies invasoras como la trucha arcoíris que se alimenta de renacuajos de ranas arlequín, la contaminación, la recolección ilegal para el comercio de mascotas y la efectos del cambio climático.

La ASI y sus miembros, incluidos gobiernos, comunidades locales y pueblos indígenas, abordarán en colaboración cada una de estas amenazas, y las nuevas amenazas que surjan, para todo el género, teniendo en cuenta las realidades sociales, políticas y culturales de cada uno de los 11 países donde se encuentran las ranas arlequín.

“Con sus bellas canciones y estilos de vida únicos, los anfibios se encuentran entre los animales más extraordinarios de la Tierra, y entre ellos, las ranas arlequín se destacan por sus asombrosos colores”, dijo Luis Fernando Marin da Fonte, coordinador del ASI y director de alianzas y comunicaciones para la Amphibian Survival Alliance. “Pero estas joyas coloridas y delicadas son cada vez más raras. Las ranas arlequín deben ser protegidas no solo por su belleza y singularidad, sino también por su valor intrínseco e importancia biológica, ecológica e incluso cultural.”

El Plan de Conservación para la Rana Arlequín (Atelopus) (HarleCAP), recientemente desarrollado por la Iniciativa, proporciona la hoja de ruta para conservar y recuperar el género de las ranas arlequín y su hábitat. Los objetivos del plan de acción que la ASI pretende alcanzar para el 2041 (el 200 aniversario de la descripción del género Atelopus), incluyen:

desarrollar e implementar métodos innovadores para mitigar los impactos del quitridio en las poblaciones de rana arlequín y comprender mejor por qué algunas especies son menos susceptibles a los efectos del quitridio;
proteger y restaurar los bosques y las cuencas hidrográficas de la rana arlequín;
crear y mantener programas de cría para la conservación;
buscar especies perdidas para la ciencia y llenar otros vacíos en el conocimiento científico sobre las ranas arlequines;
compartir historias que transformarán a las ranas arlequín en símbolos de esperanza para la región y el mundo, y una insignia de éxito de conservación;
asegurar que la red de conservación Atelopus cuente con el apoyo técnico, logístico y financiero para asegurar la conservación a largo plazo de las ranas arlequín.

“El establecimiento de iniciativas colaborativas a nivel internacional y regional es fundamental para coordinar esfuerzos y obtener resultados tangibles que tengan un impacto eficaz y real en la conservación de una especie en peligro de extinción,» dijo Gina Della Togna Universidad Interamericana de Panamá, Panamá. «La Iniciativa de Supervivencia Atelopus es un ejemplo concreto, que no solo tiene como objetivo conservar una especie, sino todo un género, quizás el más amenazado por la crisis global de extinción de los anfibios”.

Las ranas arlequín se encuentran desde Costa Rica en el norte hasta Bolivia en el sur, Ecuador en el oeste y Guayana Francesa en el este. Se les conoce como las joyas del Neotrópico en parte por sus hermosos y variados colores, que van desde el naranja, el verde, el amarillo, el marrón, el negro, el rojo y, a veces, incluso el morado. Se celebran en varias culturas latinoamericanas, incluidas las culturas indígenas, y en países enteros, como en Panamá, donde el animal nacional es la rana dorada panameña.

Como otros anfibios, las ranas arlequín son vitales para ecosistemas saludables. Sus renacuajos dependen del agua limpia y, debido a esto, la presencia de ranas arlequín indica agua de mejor calidad en un ecosistema, mientras que su declive o ausencia es a menudo el primer signo de un ecosistema en problemas.

“Proteger y restaurar las ranas arlequín y sus hábitats también beneficiará a otras especies que comparten los ecosistemas en los que viven y que proporcionan agua a decenas de millones de personas y, en última instancia, a toda la vida en la Tierra”, dijo Valencia. “Esperamos que la ASI sea un modelo exitoso que los conservacionistas puedan emular para otros grupos de especies amenazadas.”

La Iniciativa de Supervivencia Atelopus incluye grupos de conservación nacionales e internacionales, zoológicos, centros de cría en cautiverio, instituciones académicas, gobiernos y comunidades locales. Sus miembros actuales representan las siguientes organizaciones:
Amphibian Ark, Amphibian Survival Alliance, Asociación Pro Fauna Silvestre – Ayacucho, Bioparque Municipal Vesty Pakos, Bolivian Amphibian Initiative, Centre National de la Recherche Scientifique, Centro de Conservación de Anfibios AMARU, Centro Jambatu de Investigación y Conservación de Anfibios/Fundación Jambatu, CORBIDI, DoTS, El Valle Amphibian Conservation Center Foundation, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Florida International University, Fort Worth Zoo, Fundación Atelopus, Fundación Zoológica de Cali, Universidad del Tolima (GHEE), Grupo de Trabajo Atelopus Venezuela, Image Conservation, Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia, Instituto Venezolano de, Investigaciones Científicas, Ministerio del Ambiente de Perú, MUBI (Museo de Biodiversidad del Perú), Parque Explora, Parque Nacional Natural Puracé, Photo Wildlife Tours, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Pontificia Universidad Javeriana, Re:wild, San Diego State University, Smithsonian Tropical Research Institute, Trier University, Universidad de Antioquia, Universidad de Costa Rica, Universidad de los Andes, Universidad del Tolima, Universidad del Magdalena, Universidade Federal do Pará, Universidad Nacional, Universidad Interamericana de Panamá, Universidad Nacional de Colombia, Universidad San Francisco de Quito, Universidade Estadual de Campinas, Universidade Federal do Oeste do Pará, University of Nevada, Reno, University of Notre Dame, University of Pittsburgh, WCS (Wildlife Conservation Society), WCS Colombia, Zoológico Cuenca Bioparque Amaru

STRI y MiAmbiente participan en ensayos de liberación de ranas en el este de Panamá como parte de la implementación del Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios en Panamá

Científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y funcionarios del Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente) visitaron la Reserva del Valle del Mamoní, donde se están realizando ensayos de liberación con ranas arlequín limosa (Atelopus limosus). Estas ranas fueron criadas en cautiverio y son los descendientes de ranas colectadas hace unos años en dicha zona. Por parte de MiAmbiente asistieron los biólogos Erick Núñez y Anthony Vega, técnicos del Departamento de Biodiversidad de la Dirección de Áreas Protegidas y Vida Silvestre. Les acompañaron el Dr. Roberto Ibáñez, investigador panameño y director del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC por sus siglas en inglés), y el Dr. Juan Maté, gerente para asuntos y operaciones científicas del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, enlace institucional con MiAmbiente, el estudiante de doctorado del Smithsonian-Mason School of Conservation de George Mason University, Blake Klocke, quien actualmente realiza esta investigación, fue el anfitrión y guía y de esta visita, conjuntamente con su asistente de campo Mirjana Mataya.

Algunas de las ranas utilizadas en la investigación provienen del ensayo de liberación inicial realizado en la Reserva de El Valle del Mamoní por los estudiantes panameños de doctorado de Virginia Tech, Daniel Medina y Angie Estrada. Ellos mantuvieron las ranas dentro de encierros en esta reserva, con el propósito de protegerlas de algunos depredadores y, así poder, obtener muestras y determinar si eran infectadas por el hongo quítrido (Batrachochytrium dendrobatidis). En un segundo ensayo de liberación, el estudiante Blake Klocke, liberó éstas y otras ranas adicionales. En esta fase de la investigación, uno de los objetivos es determinar si es relevante mantenerlas inicialmente en encierros antes de soltarlas. En adición, algunas de las ranas fueron equipadas con radio-transmisores que permiten seguir sus movimientos y estimar el tamaño de sus territorios.

La visita con los funcionarios de MiAmbiente tenía como objetivo dar seguimiento en campo a los ensayos de liberación y ver los avances de la investigación, incluyendo el seguimiento que se le está dando a las ranas liberadas. Blake Klocke les mostró el funcionamiento del sistema de rastreo por radio-telemetría utilizando mini-transistores. Se pudo constatar la efectividad de cómo esta herramienta tecnológica, aplicada a la investigación científica, nos permite seguir los movimientos de estas pequeñas ranas. Las ranas sin radio-transmisores eran sin duda más difíciles de observar. Igualmente, se mostró como se obtienen las mediciones del tamaño y peso de las ranas y se colectan muestras de su piel con hisopos para la detección del hongo quítrido. Hasta el momento de la visita las ranas a las que se les está dando seguimiento se han mantenido cerca del punto de liberación. Sin embargo, con los datos que se están recabando, se espera estimar la futura dispersión y supervivencia de las mismas.

La iniciativa de adelantar los ensayos de liberación forma parte del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, conocido coloquialmente como PARC y que administra el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y bajo la supervisión de MiAmbiente. Este proyecto está conformado por varias organizaciones, que incluyen a Cheyenne Mountain Zoo, Houston Zoo, Smithsonian’s National Zoological Park y Zoo New England; además, es y ha sido apoyado por una larga lista de patrocinadores, entre ellos Minera Panamá SA. PARC cuenta con dos instalaciones, una en el Zoológico El Níspero en El Valle de Antón, Coclé, actualmente conocidas como PARC El Valle y la otra en el poblado de Gamboa, en la Cuenca del Canal de Panamá, conocida como PARC Gamboa. La instalación PARC El Valle recibió las primeras ranas rescatadas, que temporalmente se habían mantenido en el Hotel Campestre, en el 2007 por iniciativa del Zoológico El Níspero y Houston Zoo, con financiamiento de este último, como una respuesta de emergencia a la reducción en el número de anfibios por la mortalidad causada cuando el hongo quítrido llegó a El Valle de Antón en el 2006. En 2009, esta instalación en El Valle se incorpora al proyecto marco del PARC, donde ha continuado su operación dentro del Zoológico El Níspero.

Además, en el 2009, PARC Gamboa surge inicialmente con instalaciones en el Parque Municipal Summit, antes de reubicarse a su ubicación actual en Gamboa en el 2012, con la finalidad de mejorar y expandir la capacidad existente para la conservación ex-situ de anfibios y crear una salvaguarda adicional en un segundo sitio. El proyecto PARC se caracteriza por ser el resultado del esfuerzo mancomunado de múltiples organizaciones y gran número de personas que, a través de los años, han contribuido a la conservación de los anfibios de Panamá.

El Ministerio de Ambiente y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) mantienen un acuerdo de colaboración interinstitucional con el cual trabajan estrechamente en la implementación del Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios en Panamá aprobado en el 2011. El Plan tiene como objetivo el asegurar la conservación de las poblaciones de anfibios, a través de la implementación de acciones que promuevan la investigación y el manejo, tanto in-situ (en su hábitat) como ex-situ (fuera de su hábitat); además de, fomentar la educación de la sociedad en general. Este plan integra actividades específicas de investigación, conservación y educación, a corto y mediano plazo, con la determinación de salvaguardar nuestro patrimonio natural.

Esta visita ha permitido realizar una verificación conjunta entre STRI y MiAmbiente sobre los avances del proyecto. Se ha alcanzado un hito importante en la implementación de este Plan de Acción, ya que ésta es la primera vez en Panamá, que un proyecto de conservación de anfibios está ejecutando la fase donde se está investigando el comportamiento y la supervivencia de ranas criadas en cautiverio al exponerlas a su ambiente natural. Los resultados de estos ensayos de liberación serán de gran utilidad para guiar los esfuerzos futuros tendientes a reestablecer las poblaciones de ciertas especies de ranas en sitios donde éstas han disminuido en abundancia o desaparecido.

El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad; capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos; y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales. Sitio web: www.stri.si.edu. Video Promocional:

Cria Exitosa de Ranas Doradas en Panama

Juvenile Panamanian golden frog, reared at the El Valle Amphibian Conservation Center

Juvenil Atelopus zeteki

El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá anuncia que la rana dorada, un ícono nacional en peligro de extinción, se ha criado exitosamente en cautiverio en el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle, ubicado en el zoológico El Níspero. Una nidada puesta el 24 de noviembre 2012 se convirtió en renacuajos que hoy forman un grupo de 42 ranas doradas sanas de 6 meses de edad. Las ranas doradas silvestres se crían en los arroyos de aguas claras, que fluyen en las montañas del centro de Panamá. El recrear estas condiciones es crucial para criar con éxito a los renacuajos en cautiverio. “El traer a animales salvajes y colocarlos en cautiverio para protegerlos de la enfermedad fúngica quitridiomicosis fue sólo el comienzo,” comenta Heidi Ross, directora de EVACC, “tuvimos que recrear a la madre naturaleza en el interior del Centro. Tomó tecnología, recursos y la innovación para que puedan reproducirse y convertirse en adultos jóvenes.”

EVACC director, Heidi Ross with a box of juvenile captive-reared golden frogs (Atelopus varius).

Heidi Ross con juvenil Atelopus varius.

Desde su creación en el 2006, EVACC ha criado con éxito a 18 especies de anfibios hasta su edad adulta en Panamá, pero hasta ahora no ha sido capaz de añadir la rana dorada, Atelopus zeteki, a esa lista. El aumento de personal y la instalación de una nueva planta de tratamiento de agua de ósmosis inversa contribuyeron al éxito de la operación.

«Estamos muy orgullosos de nuestro equipo de conservación en Panamá,» comentó Peter Riger, director de programas de conservación en el Zoológico de Houston y uno de los principales patrocinadores de este proyecto. «EVACC ha criado con éxito dos especies de ranas doradas en cautiverio y tienen metas agresivas de manejo de poblaciones para aumentar la población cautiva a por lo menos quinientos individuos de cada especie que estoy seguro van a lograr.»

Las instalaciones de EVACC forman parte del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá. El proyecto colecta las ranas en zonas amenazadas por la devastadora enfermedad fúngica quitridiomicosis que ha diezmado a los anfibios en todo el mundo. La esperanza es aprender a criar a estos animales en cautiverio hasta que se sepa lo suficiente sobre la enfermedad para que los investigadores las puedan volver a liberar.

Los socios del proyecto son el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Parque Zoológico Nacional del Smithsonian, el Cheyenne Mountain Zoo, el zoológico de Houston, y el Zoológico de Nueva Inglaterra. Para conocer más sobre el proyecto, visite el sitio web www.amphibianrescue.org/es. Esta buena noticia coincide con el Día Nacional de la rana dorada de Panamá, que se celebrará el 14 de agosto.

Contact: Beth King kingb@si.edu 202-633-4700