Trayendo ranas panameñas de vuelta a casa

En 2004, como el hongo quitridio estaba recorriendo Panamá, un grupo de conservacionistas establecieron la Coalición del Rescate y Conservación de Anfibios (Amphibian Rescue and Conservation Coalition -ARCC). En esa época, no había suficientes medios en Panamá para poder cuidar a estas poblaciones de anfibios en el país y por lo tanto la meta de este proyecto era establecer poblaciones en cautiverio en los E.E.U.U de las diferentes especies panameñas. Las ranas fueron recolectadas de la naturaleza y exportadas en 2005 al Zoo de Atlanta y al Jardín Botánico de Atlanta, los cuales cuidaron de ellas.

Dr. Brad Wilson y Chelsea Thomas dentro del cuarto donde se mantiene a los anfibios rescatados en el Jardín Botánico de Atlanta, empaquetando ranas genéticamente representativas de su colección, para un vuelo.

De las diferentes especies de su colección, la rana de corona (Anotheca spinosa) y la Agalychnis lemur criaron exitosamente en cautiverio. La colección de los Jardines Botánicos de Atlanta ha estado en cuarentena durante los últimos 8 años. Mientras, en Panamá, dos centros para la conservación de anfibios han sido construidos para el cuidado de anfibios en peligro de extinción. Sin embargo, en Panamá, teníamos muy pocos animales para poder asegurarnos de una buena integridad genética a largo plazo. Después de cuidadosos test para el hongo quitridio, parásitos y examinaciones patológicas, los anfibios fueron determinados como sanos, y un total de 47 anfibios genéticamente representativos de una conocida línea fueron repatriados a Panamá.

Rana de corona, Anotheca spinosa. Esta especie vive en las copas de los árboles y cría en los agujeros de los troncos donde la madre pone huevos infértiles para que se alimenten los renacuajos.

Agalychnis lemur. Poblaciones salvajes de esta especie han sido diezmadas debido al hongo quitridio.

Después de obtener permisos del Ministerio de Agricultura de Panamá y el Ministerio de Medioambiente, al igual que del Departamento de Agricultura y del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los E.E.U.U, las ranas pudieron volar de vuelta a Panamá el 16 de mayo de 2018. Las ranas se empaquetaron según las indicaciones de la IATA (en tarrinas con musgo húmedo, hojas artificiales y con un enfriador modelo- Phase 22 thermal regulating packs). Todas las ranas llegaron con un buena salud y están ahora bajo cuarentena en un contenedor de envió en el Centro de Rescate de Anfibios en Gamboa. Después de este periodo de cuarentena, criaremos estos animales con los animales que ya han sido criados en cautividad en ese centro.

Elliott Lassiter, Jorge Guerrel (Smithsonian Tropical Research Institute) y Chelsea Thomas (Jardín Botánico de Atlanta) desempaquetando las ranas dentro del contenedor de envió de cuarentena en Gamboa.

Visitantes del centro pueden ver ranas por la ventana de exposición como parte de una mini exhibición. Los 14 años de inversión, y de dedicados esfuerzos de conservación en el Jardín Botánico de Atlanta mejorarán los objetivos de gestión genética de la población para estas dos especies en Panamá, trayendo el proyecto original ARCC a un círculo completo.

Traducción: Álvaro Gil Martínez

Desafiando a la enfermedad: Las ranas panameñas contraatacan

Muchas enfermedades infecciosas pueden desaparecer después de un brote. Peste bubónica, cólera y la influenza son ejemplos que han ocurrido durante la historia humana. Los mismos fenómenos ocurren con las enfermedades de las especies salvajes. ¿Cómo ocurre esto? Una explicación es que el patógeno evoluciona y se convierte en menos mortal para el organismo, por lo que no consigue matar al organismo, y por lo tanto asegurar su propia supervivencia. Mientras que esta situación puede ocurrir, sabemos que hay más razones por las cuales la gravedad de una enfermedad cambia.

Cori Richards y Jamie Voyles

 Para los anfibios, sabemos de una enfermedad letal llamada “chitridiomycosis” descubierta en los años 90. Esta enfermedad fue devastadora para Centroamérica, donde puede que haya extinguido especies enteras. Durante este estudio, hicimos el excitante descubrimiento de que algunas especies de anfibios que parecían extinguidas están aguantando y además mejorando. Queríamos entender como ocurría esto. ¿Era un cambio en el patógeno, en la rana o en ambos?

Para responder a estas preguntas, hicimos dos cosas. Para empezar cogimos ranas en Panamá antes del brote y después del brote de la enfermedad. Además, recogimos muestras del patógeno en múltiples sitios: donde el brote inicial (10 años después). Encontramos que casi una década después del brote, el patógeno era igual de mortal. Sin embargo, las ranas sobreviven y tienen mejores defensas contra él. ¡Las ranas panameñas están contraatacando!

Atelopus varius

Entender como las comunidades de anfibios se están recuperando después de los brotes de la enfermedad es importante por diferentes razones. Primero, resolver como funciona esto nos ayudará a desarrollar mejores estrategias de conservación para proteger a los anfibios de las enfermedades que les llevan a la extinción. Segundo, aclarar como el brote de la enfermedad disminuye nos ayudará a predecir, y responder, a otros posibles patógenos que puedan portar las plantas, animales o humanos. Estas metas son muy importantes en una época en la cual la globalización incrementa la introducción de patógenos a poblaciones de especies inocentes.

Shifts in disease dynamics in a tropical amphibian assemblage are not due to pathogen attenuation JAMIE VOYLES, DOUGLAS C. WOODHAMS, VERONICA SAENZ, ALLISON Q. BYRNE, RACHEL PEREZ, GABRIELA RIOS-SOTELO, MASON J. RYAN, MOLLY C. BLETZ, FLORENCE ANN SOBELL, SHAWNA MCLETCHIE, LAURA REINERT, ERICA BREE ROSENBLUM, LOUISE A. ROLLINS-SMITH, ROBERTO IBÁÑEZ, JULIE M. RAY, EDGARDO J. GRIFFITH, HEIDI ROSS, CORINNE L. RICHARDS-ZAWACKI SCIENCE 30 MAR 2018 : 1517-1519

por Jamie Voyles and Cori Richards-Zawacki
Traducción: Álvaro Gil

El Smithsonian libera ranas en peligro de extinción en Panamá

Los ensayos de liberación preparan el camino para la reintroducción de ranas arlequín variable

Hace algún tiempo era común encontrar la rana arlequin (Atelopus varius) a lo largo de las corrientes de montaña, desde el oeste de Costa Rica hasta el oeste de Panamá.Ahora esta especie se encuentra en peligro en toda su área de distribución, diezmada por una enfermedad causada por el hongo quítrido. La rana arlequín es altamente sensible a este hongo, el cual ha llevado a esta y otras muchas especies de ranas en Centro America al borde de extinción. El 17 de enero, investigadores del Smithsonian liberaron aproximadamente 500 ranas en un sitio de concesión a Cobre Panamá en la provincia de Colón, Panamá, como un primer paso hacia una posible reintroducción a gran escala de esta especie. Esta liberación de prueba está incluida en el plan de conservación de biodiversidad de Cobre Panamá como una parte importante de sus compromisos ambientales.


La rana arlequín, Atelopus varius toma su nombre por la variedad de colores en neón (verde, amarillo, naranja o rosa) yuxtapuestos con el negro en su piel. Con el fin de monitorear las ranas liberadas a lo largo del tiempo, 30 de ellas llevan transmisores miniatura. El equipo científico también le colocó a cada rana un marcador de dedo de elastómero que brilla bajo la luz ultravioleta, esto para marcar a los individuos como parte de un estudio de monitoreo de la población.

El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) espera asegurar el futuro de este y otros anfibios en peligro mediante la reintroducción de animales criados en cautiverio de acuerdo con un plan de acción desarrollado con el Ministerio de Ambiente de Panamá.

«Antes de reintroducir ranas en áreas remotas, tenemos que aprender cómo les va en el hábitat y lo que tenemos que hacer para aumentar sus posibilidades de supervivencia en lugares donde podamos monitorearlas de cerca», comentó Brian Gratwicke, Coordinador Internacional del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) en el Instituto de Biología de la Conservación del Smithsonian. «Los ensayos de liberación pueden tener éxito o no, pero las lecciones que aprendemos nos ayudarán a entender los desafios que tienen estas ranas en su transición de vida en cautiverio a un hábitat natural”.

«La rana arlequín es uno de los parientes más cercanos de la Atelopus zeteki, la emblemática rana dorada de Panamá, otra especie objetivo en nuestro programa de cría en cautiverio», comentó Roberto Ibáñez, Director del proyecto PARC en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá. «Estaremos monitoreando la comunidad anfibia de los alrededores y el clima en este sitio, y comparando estos parametros con la comunidad de anfibios en otro sitio de control. Este tipo de monitoreo intensivo nos permitirá entender la dinámica de la enfermedad en relación a estos ensayos de liberación «.

«Nos tomó algunos años dominar cómo criar con éxito estas ranas en cautiverio», comentó Ibáñez. «A medida que la cantidad de individuos que tenemos continúa en aumento, tenemos nuevas oportunidades de investigación que nos permiten entender los factores que tienen influencia en su sobrevivencia, lo cual es información muy relevante para ir generando estrategias de largo plazo para su re-introducción”.
Esta prueba de liberación fue posible gracias al apoyo de Cobre Panama, National Geographic Society, el Fondo Mohammed bin Zayed y al WoodTiger Fund.
El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá es una asociación entre el Zoológico Cheyenne Mountain, el Zoológico de Houston, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Instituto de Biología de Conservación Smithsonian y el Zoológico de Nueva Inglaterra. Tiene dos instalaciones en Panamá: una en el Centro de Rescate y Conservación de Anfibios de STRI en Gamboa y el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle, en El Níspero. Combinadas, estas instalaciones cuentan con personal de tiempo completo que se ocupa de cuidar una colección de 12 especies en peligro de extinción.

Estudio alentador sugiere que un moratorio en las importaciones de salamandras ayudaría a la prevención de propagación de enfermedades

Una ley reciente, del año 2016, restringe la importación internacional de 201 especies de salamandras a los Estados Unidos. El objetivo de la ley es prevenir la propagación en Estados Unidos del nuevo y mortal hongo para las salamandras, Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal). En un nuevo estudio publicado el 13 de octubre en Scientific Reports, científicos del ‘Smithsonian Conservation Biology Institute,’ (Instituto Smithsoniano sobre la conservación biológica, SCBI) revelan que esta moratoria tiene opciones de hacer el trabajo de manera eficaz.

Investigadores pasando un bastoncillo a un tritón emperador en el ‘Smithsonian’s National Zoo’ (Zoo Nacional Smithsoniano). Los tritones emperador pertenecen a un género de tritones de Asia los cuales están incluidos en la ley de la moratoria en importaciones de salamandras debido al alto riesgo de que sean portadores del mortal hongo, Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal).

“Cuando la moratoria entró en vigor, no sabíamos si el hongo Bsal estaba ya en los Estados Unidos en salamandras vendidas como mascotas y lo único que estábamos haciendo era cerrar la puerta del establo cuando el caballo ya se había escapado,” dijo Brin Gratwicke, biólogo de conservación de anfibios de SCBI y escritor de artículos. “Nuestro estudio no encontró patógenos en ninguna de las salamandras vendidas como mascotas en los Estados Unidos, lo cual eran muy buenas noticias para las salamandras autóctonas, especialmente para la región de los Apalaches-una región con una biodiversidad de salamandras muy alta. Esto significa que tenemos que continuar vigilando y evitando que la enfermedad entre en el país”

El estudio destaca la primera encuesta para el Bsal en las salamandras vendidas como mascotas en los Estados Unidos. Los investigadores trabajaron con el ‘Amphibian Survival Alliance’ (alianza para la supervivencia de los anfibios) mediante el envío de kits para sacar muestras, a criadores de salamandras. A cambio, el equipo recibió muestras sacadas de la piel de 639 salamandras pertenecientes a 65 especies, de las cuales muchas tenían riesgo de portar el hongo Bsal. Ninguna de las muestras mostraron evidencia del hongo según los test llevados a cabo por el ‘SCBI’s Center for Conservation Genomics’ (el centro de conservación genómica del SCBI).

“Trabajando con el sector de los aficionados a las mascotas en este proyecto nos dio la oportunidad de alertar a este sector del potencial problema y que era critico averiguar si el hongo Bsal se había importado a los Estados Unidos,” dijo Blake Klocke, departamento de ciencias medioambientales de la Universidad George Mason, estudiante del doctorado de política, investigador con SCBI y autor del estudio.

“Esperamos que este sector continúe vigilando posibles signos de Bsal y que por lo tanto incluyan en su rutina, el tomar muestras de sus salamandras al igual que protocolos de bioseguridad para prevenir la propagación del hongo en un futuro.”
El hongo Bsal fue descubierto después de que poblaciones de salamandras fuego en Holanda experimentaran un catastrófico declive debido a esta enfermedad, la cual fue introducida probablemente desde el continente asiático, de donde vienen la mayor parte de importaciones de salamandras. Bsal es parecido al mortal hongo para las ranas llamado Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que ha sido una de las principales causas del declive y extinción de algunas poblaciones de anfibios por todo el mundo. Bsal se ha detectado en animales salvajes de Holanda, Bélgica, Alemania y Vietnam, además de en animales criados en cautividad en Alemania y el Reino Unido.

La ‘Lacey Act’, la cual incluye 201 especies de salamandras de los Estados Unidos. Los servicios de fauna salvaje y peces de Estados Unidos listan como “injurious wildlife” (especies que son muy susceptibles al hongo Bsal o que puedan propagarlo) lo cual limita la importación de estos animales desde otros países y su movimiento entre estados. De acuerdo con la ley, la decisión de la Lacey Act reduce el número de salamandras importadas a los Estados Unidos desde 2015 hasta 2016 en un 98.4%.
Los Estados Unidos albergan 190 especies nativas de salamandras. El ‘Scientific Reports study’ complementa las pruebas realizadas por el SCBI en salamandras salvajes, el cual dio negativo para el hongo Bsal. El SCBI seguirá haciendo pruebas en salamandras salvajes para que no haya posibles cepas de la enfermedad, además también trabajara con otros colaboradores para encontrar medios que eviten la propagación de la enfermedad.
“Las salamandras tienen un papel esencial en la preservación de nuestros bosques al igual que en regular el clima de estos,” dijo Carly Muletz-Wolz, Investigadora del SCBI y coautora del articulo. “Si el Bsal llegase a la parte este de los Estados Unidos, se propagaría con facilidad debido a la abundancia de salamandras en esta zona y esto derivaría en cambios catastróficos del ecosistema. Es imperativo que hagamos todo lo que podemos para evitar la introducción del hongo Bsal en el país y que además sigamos controlando las poblaciones salvajes por si tenemos que actuar en cualquier momento.”

Los otros autores del artículo son, Matthew Becker and Robert Fleischer, SCBI; James Lewis, Rainforest Trust; and Larry Rockwood and A. Alonso Aguirre, George Mason University.

STRI y MiAmbiente participan en ensayos de liberación de ranas en el este de Panamá como parte de la implementación del Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios en Panamá

Científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y funcionarios del Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente) visitaron la Reserva del Valle del Mamoní, donde se están realizando ensayos de liberación con ranas arlequín limosa (Atelopus limosus). Estas ranas fueron criadas en cautiverio y son los descendientes de ranas colectadas hace unos años en dicha zona. Por parte de MiAmbiente asistieron los biólogos Erick Núñez y Anthony Vega, técnicos del Departamento de Biodiversidad de la Dirección de Áreas Protegidas y Vida Silvestre. Les acompañaron el Dr. Roberto Ibáñez, investigador panameño y director del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC por sus siglas en inglés), y el Dr. Juan Maté, gerente para asuntos y operaciones científicas del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, enlace institucional con MiAmbiente, el estudiante de doctorado del Smithsonian-Mason School of Conservation de George Mason University, Blake Klocke, quien actualmente realiza esta investigación, fue el anfitrión y guía y de esta visita, conjuntamente con su asistente de campo Mirjana Mataya.

Algunas de las ranas utilizadas en la investigación provienen del ensayo de liberación inicial realizado en la Reserva de El Valle del Mamoní por los estudiantes panameños de doctorado de Virginia Tech, Daniel Medina y Angie Estrada. Ellos mantuvieron las ranas dentro de encierros en esta reserva, con el propósito de protegerlas de algunos depredadores y, así poder, obtener muestras y determinar si eran infectadas por el hongo quítrido (Batrachochytrium dendrobatidis). En un segundo ensayo de liberación, el estudiante Blake Klocke, liberó éstas y otras ranas adicionales. En esta fase de la investigación, uno de los objetivos es determinar si es relevante mantenerlas inicialmente en encierros antes de soltarlas. En adición, algunas de las ranas fueron equipadas con radio-transmisores que permiten seguir sus movimientos y estimar el tamaño de sus territorios.

La visita con los funcionarios de MiAmbiente tenía como objetivo dar seguimiento en campo a los ensayos de liberación y ver los avances de la investigación, incluyendo el seguimiento que se le está dando a las ranas liberadas. Blake Klocke les mostró el funcionamiento del sistema de rastreo por radio-telemetría utilizando mini-transistores. Se pudo constatar la efectividad de cómo esta herramienta tecnológica, aplicada a la investigación científica, nos permite seguir los movimientos de estas pequeñas ranas. Las ranas sin radio-transmisores eran sin duda más difíciles de observar. Igualmente, se mostró como se obtienen las mediciones del tamaño y peso de las ranas y se colectan muestras de su piel con hisopos para la detección del hongo quítrido. Hasta el momento de la visita las ranas a las que se les está dando seguimiento se han mantenido cerca del punto de liberación. Sin embargo, con los datos que se están recabando, se espera estimar la futura dispersión y supervivencia de las mismas.

La iniciativa de adelantar los ensayos de liberación forma parte del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, conocido coloquialmente como PARC y que administra el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y bajo la supervisión de MiAmbiente. Este proyecto está conformado por varias organizaciones, que incluyen a Cheyenne Mountain Zoo, Houston Zoo, Smithsonian’s National Zoological Park y Zoo New England; además, es y ha sido apoyado por una larga lista de patrocinadores, entre ellos Minera Panamá SA. PARC cuenta con dos instalaciones, una en el Zoológico El Níspero en El Valle de Antón, Coclé, actualmente conocidas como PARC El Valle y la otra en el poblado de Gamboa, en la Cuenca del Canal de Panamá, conocida como PARC Gamboa. La instalación PARC El Valle recibió las primeras ranas rescatadas, que temporalmente se habían mantenido en el Hotel Campestre, en el 2007 por iniciativa del Zoológico El Níspero y Houston Zoo, con financiamiento de este último, como una respuesta de emergencia a la reducción en el número de anfibios por la mortalidad causada cuando el hongo quítrido llegó a El Valle de Antón en el 2006. En 2009, esta instalación en El Valle se incorpora al proyecto marco del PARC, donde ha continuado su operación dentro del Zoológico El Níspero.

Además, en el 2009, PARC Gamboa surge inicialmente con instalaciones en el Parque Municipal Summit, antes de reubicarse a su ubicación actual en Gamboa en el 2012, con la finalidad de mejorar y expandir la capacidad existente para la conservación ex-situ de anfibios y crear una salvaguarda adicional en un segundo sitio. El proyecto PARC se caracteriza por ser el resultado del esfuerzo mancomunado de múltiples organizaciones y gran número de personas que, a través de los años, han contribuido a la conservación de los anfibios de Panamá.

El Ministerio de Ambiente y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) mantienen un acuerdo de colaboración interinstitucional con el cual trabajan estrechamente en la implementación del Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios en Panamá aprobado en el 2011. El Plan tiene como objetivo el asegurar la conservación de las poblaciones de anfibios, a través de la implementación de acciones que promuevan la investigación y el manejo, tanto in-situ (en su hábitat) como ex-situ (fuera de su hábitat); además de, fomentar la educación de la sociedad en general. Este plan integra actividades específicas de investigación, conservación y educación, a corto y mediano plazo, con la determinación de salvaguardar nuestro patrimonio natural.

Esta visita ha permitido realizar una verificación conjunta entre STRI y MiAmbiente sobre los avances del proyecto. Se ha alcanzado un hito importante en la implementación de este Plan de Acción, ya que ésta es la primera vez en Panamá, que un proyecto de conservación de anfibios está ejecutando la fase donde se está investigando el comportamiento y la supervivencia de ranas criadas en cautiverio al exponerlas a su ambiente natural. Los resultados de estos ensayos de liberación serán de gran utilidad para guiar los esfuerzos futuros tendientes a reestablecer las poblaciones de ciertas especies de ranas en sitios donde éstas han disminuido en abundancia o desaparecido.

El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad; capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos; y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales. Sitio web: www.stri.si.edu. Video Promocional:

¿Sabías que en Panamá se realizan grandes esfuerzos en pro de la conservación de anfibios?

Celebrando nuestro Patrimonio Natural
Han pasado casi treinta años desde que científicos panameños e internacionales formaron grupos de trabajo para investigar las misteriosas desapariciones de anfibios (ranas, sapos, salamandras y cecílias) alrededor del mundo. Motivados por su devoción a estos animales y su inagotable curiosidad, en 1999 científicos del Zoológico Nacional de Washington D.C. y la Universidad de Maine, de Estados Unidos, descubren el hongo infeccioso, Batrachochytrium dendrobatidis, conocido comúnmente como hongo quítrido, responsable por la muerte masiva de anfibios en las tierras altas del oeste de Panamá.

En el 2009, se establece el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC – www.amphibianrescue.org) para salvaguardar especialmente a los que están en riesgo de extinción como la Rana Dorada. Años después, esta operación continúa con fuerza, gracias al apoyo del gobierno nacional, organizaciones locales y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). El Instituto en su compromiso de conservación con el patrimonio natural de la República de Panamá, ha invertido más de cuatro millones de dólares en el rescate y conservación de anfibios con la generosidad de múltiples entidades públicas y privadas nacionales e internacionales. Hoy reafirma este compromiso poniendo a disposición del país sus valiosos recursos científicos de manos de profesionales panameños.

STRI se une a la celebración de la comunidad científica internacional que estará premiando, en septiembre próximo, al grupo de investigadores que ha dedicado su trayectoria al estudio del hongo quítrido y la conservación de los anfibios panameños, con la firme esperanza de que en un futuro próximo también celebremos el retorno de estos carismáticos animales a su ambiente natural.

Sobre el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales:
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) con sede en Panamá es la única dependencia de la Institución Smithsonian situada fuera de los Estados Unidos y se dedica a enriquecer el conocimiento sobre la diversidad biológica de los trópicos (www.stri.si.edu).

Lo que empezó en 1923 como una pequeña estación de campo en Isla Barro Colorado de la antigua Zona del Canal de Panamá, representa hoy día una de las principales instituciones de investigación del mundo. Las instalaciones de STRI brindan una oportunidad única para estudios ecológicos a largo plazo en los trópicos y son utilizadas intensamente por más de 1200 científicos, incluyendo panameños, y visitantes que llegan cada año, provenientes de instituciones académicas y de investigación de América y el mundo entero.